Hoy
conocí y admiré un poco más a Madiba, el Nelson Mandela de quien tenía referencias por
sus 27 años en una prisión al defender los derechos de los sudafricanos a
repudiar y condenar el racismo y el apartheid, el hombre que desde la presidencia
de su país logró tener una democracia multirracial con todos y para el bien de
todos.
Ayer
el mundo entero supo de su muerte a los 95 años. Por tal motivo y como homenaje
a su memoria, la televisión cubana cambió su programación nocturna y exhibió la
película “Invictus”
que, confieso, nunca había visto porque no soy fanática a los filmes con
escenas deportivas aunque me encanta practicar y ver eventos relacionados con
el deporte activo.
La
película norteamericana trata acerca de cómo la inteligencia de este hombre que
se las agenció para llegar a presidente de un país marcado por años de
segregación racial y --a través de un equipo de Rugby-- mostrar la importancia
de olvidar rencores para construir una nación de nuevo tipo, donde todos se sintieran
orgullosos de ser surafricanos.
Su
valor y alta moral le permitieron perdonar y hacer “borrón y nueva cuanta” para
que hoy Sudáfrica pueda ser el paradigma de un ser humano nuevo, que sabe
perdonar, amar y luchar por una vida mejor que incluya a todos.
La
historia, basada en hechos reales me impresionó mucho pues no sabia ese detalle
de su interesante biografía.
Yo lo
vi de cerca cuando vino a Matanzas en la década de los 90 al acto por el 26 de
julio con Fidel.
Siempre
supe de la admiración que sentían ambos entre sí, pero ahora entiendo mucho más
al ser humano que fue y por qué, a pesar de ya no ser presidente y tener tanta
edad, en su país lo veneran como si fuera un emisario de dios en la tierra.
Nelson
Mandela ha muerto, pero su ejemplo de vida guiará a generaciones enteras de
seres humanos que desean un cambio entre los seres que nos llamamos humanos
pero que, muchas veces, no actuamos como tal.
El
perdón, la reconciliación, el convencimiento y exposición de nuevos argumentos
explotando al máximo el don de la palabra
(privilegio de los seres humanos como
máximos y más desarrollados especímenes en la vida planetaria) y el ejemplo de
vida perdurará, en el recuerdo de ese modelo de persona que fue Nelson Mandela.
Agradezco
a la Televisión cubana la rapidez y el buen tino de ofrecer a los televidentes
el filme que me ayudó a reflexionar un poco más de donde venimos y hacia donde
vamos. Un mundo mejor es posible, sólo nos falta darnos cuenta de esa realidad
y luchar por ella.
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