martes, 16 de junio de 2020

Rosita en mis recuerdos.


Ultima foto con Roita en Matanzas, el en teatro Velasco.
En la década de los años 70 era yo una becaria de la Universidad de la Habana, que vivía en la residencia estudiantil de las calles F y tercera. Cera de allí existía una cafetería –-no tengo idea de si aún existe-- con parqueo de autos y fue allí donde vi por primera vez a Rosita Fornés en vivo y directo como se diría durante una transmisión de televisión.

Estaba con su esposo Armando Bianchi y aunque de lejos me fascinó el porte y presencia de ambos.
Me impresionó mucho su hermosa cabellera y la serenidad de su bello rostro a pesar de ser una mujer con más de cinco décadas de vida.
Una vez graduada en 1973 me fui a trabajar en Matanzas y la prerrogativa de ser periodista me ofreció la posibilidad de conversar con ella en múltiples ocasiones, entrevistas incluidas.
La primera vez fue luego de un espectáculo en el teatro Sauto, pidió aguardarla una vez terminada la función y que gustosa nos atendería. Gentil y muy agradable contestó todas las preguntas. Desde entonces me agradó mucho.
La recuerdo en la inauguración de aquélla habitación de un hotel en Varadero que dedicada a su persona con sus trajes fotos y objetos personales.
O en el museo palacio de Junco como invitada especial al programa cultural invitación entre puentes que conducido por Fernando Rodríguez Sosa pude grabar completamente para inmortalizarla en la TV yumurina y hoy aún se conserva.
Su última aparición en Matanzas fue cuando trajo el grupo Mejunje, una obra a ella dedicada y se presentó en el teatro Velasco.
 La obra en cuestión fue: Rosita Fornés, Mi Monólogo Interior, que estrenada en junio del 2012 en la capital del país llegó a Matanzas para festejar los 74 años de vida artística de la vedette más popular y cubana de todos los tiempos.
Allí también anunció su próximo disco y fue la última vez que la entrevisté.
Ya muy mayor casi ni podía subir al escenario pero esa voluntad de subir a agradecer a su público la hicieron parecer una bella gacela.

Hubo otras muchas ocasiones como cuando vino al homenaje hecho a Carilda en uno de sus cumpleaños, o cuando vino a festivales en Varadero. Según me confesó en una de las entrevistas ella tenía una predilección especial por esta ciudad de puentes, ríos y poetas.
Carilda, Rosita y Alicia cada una en su género fueron artistas que dieron gran prestigio a Cuba de forma universal y todas sobrepasaron las nueve décadas de vida.
Privilegio que pude compartir con todas y que me aportaron valiosísimas experiencias de vida y profesionalidad.
Gracias a todas por permitirme haber compartido algunos momentos con esta humilde “aprendiz de periodista” que gusta de la cultura y el arte que profesaron.