miércoles, 14 de junio de 2017

Rita Longa y la leyenda de Canimao. (+ Fotos)

El aniversario 105 del natalicio de la escultora Rita Longa se recordó frente a la Universidad Camilo Cienfuegos donde se conserva una de sus esculturas.
Rita Longa estuvo muchas veces en Matanzas, en la década de los 80.
Por esa época yo ya trabajaba en la Televisión y tuve el privilegio de conocerla,  conversar con ella y entrevistarla con motivo de la realización de eventos de esculturas monumentales que ella presidía o de sus trabajos escultóricos regalados a Matanzas.
En esta provincia se atesoran momentos de su impronta artística en las esculturas de la aldea taína del centro turístico Laguna del Tesoro en la Boca de Guamá, en el municipio Ciénaga de Zapata.
Su último regalo a los matanceros fue la escultura conocida como La leyenda del Canimao, realizada en 1995 con material de cobre y  una altura de siete metros. La misma está emplazada en la Vía Blanca frente a la Universidad de Matanzas.
La obra hecha en bronce recrea  una leyenda de amor del poblado aborigen de Yucayo, exactamente donde nació la ciudad de Matanzas. Allí  vivía Cibayara, hija del cacique Baguanao que sostenía amores con el guerrero Canimao.
Por ello la escultura hecha por Rita Longa tiene la efigie de dos seres humanos entrelazados en el tiempo y el espacio.
El bronce la hacía resplandecer en sus inicios, pero el tiempo --implacable—le ha restado brillo pero ni así ha podido carcomerla. Rita Longa nació en La Habana en 1912 y falleció en el año 2000.
Galardonada con el Premio Nacional de Artes Plásticas en 1995, el mismo año en que realiza la escultura de referencia para los matanceros, sentía especial predilección por esta  provincia donde su obra relucía en la década de los años 60 del pasado siglo.
Muchos habitantes de la Ciénaga de Zapata  la recuerdan al frente del taller de cerámica de la Aldea Taína donde se emplazaron 25 esculturas de la vida de los aborígenes de la zona.
Ella también fue directora  de la  Escuela de Capacitación para jóvenes de la Ciénaga de Zapata, y según cuenta un colega periodista que tuvo estrecha relación con ella, por ser suministrador del aseguramiento para la construcción del centro turístico de la Laguna del tesoro, era muy exigente con su trabajo y sencilla en el trato.
Yo aún la recuerdo con su voz grave y su cigarro siempre presto a la bocanada. Agradable en el trato con la prensa y al pendiente siempre de lo que significa una obra de arte.









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