El curso escolar comenzó este
2015-2016 muy bien en mi familia. Hace una semana mi nieto Briant, de sólo
cinco años, asiste al preescolar, se ha adaptado muy bien a su maestra y le
gusta mucho su escuela. Un alivio para todos
porque en Cuba la educación es gratuita y obligatoria hasta el nivel
secundario.
Para mí el curso también comenzó en
dos variantes, como profesora de las asignaturas Taller de Periodismo Audiovisual y Producción
audiovisual, en la sede Camilo
Cienfuegos de la Universidad de Matanzas y como alumna de la Maestría en
Pedagogía que recibo para perfeccionar mi labor educativa con las nuevas
generaciones de periodistas en dicha institución.
Pienso en los cientos de miles de
educandos de todas las edades y genero que estudian actualmente en Cuba y que
es visto como algo normal en nuestro
país –quizás muchos de los que abandonan sus estudios no lo ven- pero muy
distinto en otras naciones del mundo donde estudiar es un privilegio de quienes acceden a becas o
tienen el dinero suficiente para costear
sus estudios.
Me siento feliz de vivir en Cuba
porque, independientemente de las
carencias y problemas económicos y salariales que afrontamos en la mayoría
de los sectores de la economía, el
Estado garantiza la cobertura educacional y de salud a todos por igual. Y es
muy digno de destacar.
Hoy en mi clase de Taller de
Producción Audiovisual mis alumnos vieron algunos trabajos periodísticos de la
situación educacional de las mujeres en algunas naciones africanas y se
asombraban de la inexistencia de escuelas para todos los infantes en países
permeados por guerras internas, o de que los discapacitados no tuvieran
escuelas especializadas en algunas naciones de Europa, pues en Cuba también
existen en casi todas las provincias del país. Realidades superadas en nuestra
nación y que debemos salvaguardar a pesar de los cambios que se avecinan.
Nada que como dice la canción de Silvio Rodríguez,…a pesar
de los pesares Cuba Va…
(Por: Ana Valdés Portillo)
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