La orquesta sinfónica de Matanzas, una vez más, mostró su capacidad cualitativa durante el concierto efectuado con el maestro César López y sus invitados en el escenario del cine teatro Velasco, en la ciudad de Matanzas.
Pienso que muy pocas veces los músicos trabajan en condiciones tan difíciles como durante el concierto de la susodicha Orquesta Sinfónica de Matanzas con el maestro César López bajo la batuta de la directora invitada Yarineidis Llinse, joven camagüeyana que hizo muy bien su labor.
Allí se interpretaron números como Providencia, Siempre contigo, La protesta, No era para mí Cachao family y los estrenos del Doble concierto para saxo y orquesta y La ventana del alma.
El público premió el esfuerzo con prolongadas ovaciones a la maestría del saxofonista César López quien tuvo como invitados junto a él al joven Edgard Fernández y al pianista Rodolfo Argudín, nieto de Peruchín y quien también heredó, además de la maestría, el cariñoso apodo.
El teatro Velasco, independientemente de que no es una sala adecuada para estos menesteres; tuvo la fatídica suerte de padecer durante casi todo el tiempo del concierto, de bajo voltaje según explicaron sus trabajadores por lo que también durante casi toda la función esto impidió la visibilidad de las partituras a loos interpretes de la orquesta que se crecieron ante esta dificultad.
La orquesta con sus invitados hicieron gala de su maestría y no defraudaron al auditorio que mantiene el gusto por la música sinfónica en la ciudad de los puentes incluida esta variante de mezclar estrenos de conciertos sinfónicos con partituras de música popular. Muchos se preguntan hasta cuando habrá que esperar por la apertura de la ya restaurada Sala White que según se comenta a nivel de pasillos y en la calle es las inversión que más ha durado en los últimos tiempos por disímiles causas que hasta ahora pocos conocen realmente.
Ojalá que éste sea el último año de espera.
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