El arte lírico renacerá en la ciudad de los puentes.

El arte lirico tuvo siempre en la ciudad de  Matanzas una plaza muy fuerte, sobre todo en la última mitad del siglo 20.  Hoy  jóvenes artistas aficionados retoman las enseñanzas de sus antecesores en la Atenas de Cuba.

Confieso que cuando me hablaron del proyecto Vocal Dominicis no estuve muy entusiasmada, el desconocimiento hizo mella en mí,  pero la chispa periodística me hizo aceptar la cobertura informativa y asistir al pequeño teatro auditorio de la Escuela Profesional de Música en una noche donde el calor fue mitigado por los acondicionadores de aire del recinto.

No me arrepiento, al contrario, lo que vi y oí me llenaron de optimismo. El concierto de jóvenes talentos aficionados al arte lírico  me hizo recordar la grandeza de los años 70 del pasado siglo con el grupo lírico de Matanzas que era uno de los mejores del país.

Francisco Fernández Dominici. (1884-1968)

Lo que bien se aprende no se olvida y Víctor Díaz Sánchez, director y profesor del proyecto, confesó que fue alumno de Francisco Fernández Dominici, el primer cantante cubano que actuó en la Scala de Milán y gran defensor del género en Cuba, le motivó a dar clases y desarrollar la vocación de estos jóvenes y tiene como propósito rehacer en el futuro el grupo Lirico.

 Explicó que la principal motivación está en la calidad de Vocal Dominici . Son personas que están desfasadas de los requerimientos exigidos por el sistema nacional de enseñanza artística del país, pero tienen el talento necesario para desarrollar su arte además del deseo y la voluntad de estudiar en sus momentos libres.

Victor Díaz indicó también que pretenden hacer conciertos mensuales a modo de tertulia y agradeció el apoye y buena voluntad mostrados por la dirección provincial de cultura para continuar con el proyecto.  

Una vez más pude comprobar que el público agradeció con sus aplausos el concierto porque añora asistir a eventos similares con mayor frecuencia en la ciudad que muchos consideran cuna de la cultura cubana. Ahora solo falta que se materialice a idea de --por lo menos-- hacer tertulias mensuales como preámbulo al rescate de un arte que enorgulleció siempre a la Atenas de Cuba. En el 320 aniversario de la ciudad sería maravilloso contar con ideas y personas decididas a luchar por ello.