Esta
semana se realizó la reposición de la obra Pinocho Corazón de Madera por el
grupo Teatro de las Estaciones y fue el escenario propicio para la entrega del
premio: “Omar Valdés Por la obra de la vida” a dos destacadas figuras del arte
titiritero en Cuba.
Pienso
que la memoria humana es patrimonio exclusivo de aquellos que la veneran…por
eso me resultó interesante recordar el surgimiento de quienes hoy dan luz al
desarrollo del arte titiritero en Matanzas, Cuba y el Mundo.
El
grupo teatro de las estaciones comenzó su derrotero en la década de los años 90,
cuando un joven actor Rubén Darío Salazar llegado a matanzas para su servicio
social, tuvo inquietudes de dirección y puestas en escena mientras integraba el
grupo Papalote… A él se unió otro grande
del diseño teatral: Zenén Calero Medina… Ellos formaron el binomio perfecto de la creación artística y estética
del colectivo Teatro de las Estaciones el cual ya frisa la segunda década de
existencia.
Luego
de finalizada la función de Pinocho Corazón de Madera ambos; Rubén y Zenén,
recibían el premio Omar Valdés que otorga la UNEAC por la obra de la vida y Alberto García, su presidente en Matanzas entregó a
los premiados el certificado que oficializa el lauro.
También dos serigrafías de la serie “La poesía
escondida de Pinocho”, obras que forman parte de una expo bipersonal de
poesía y pintura del artista de la plástica Roberto Braulio y la Premio
Nacional de Literatura, Carilda Oliver Labra.
Justo
reconocimiento que agradecieron con la emoción del deber cumplido y el
compromiso de hacerlo cada vez mejor. El público y yo así lo sentimos…
En
ese momento pensé que a Pinocho le creció la nariz por decir mentiras, pero Rubén
y Zenén crearon una verdad incuestionable con Teatro de las estaciones para
bien del rescate del títere nacional y ese arte ancestral de los titiriteros.
Hacer es la mejor manera de decir y para ellos la creación artística es un
sacrificio agradable que sólo tiene éxito si se investiga, se profundiza y perfecciona
tanto la teoría técnica como la practica… Enhorabuena y felicidades para
quienes hacen de la perfección su credo cotidiano.
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