jueves, 25 de abril de 2013

Es tal como lo querría mi amigo…


Las escuelas de arte preparan a jóvenes talentos que, ya sea por herencia familiar o gusto y vocación, se destacan en las distintas manifestaciones…

Este es Diego, lo conocí justo al nacer; y desde pequeño he visto su desarrollo artístico que le llevó a ingresar en la escuela vocacional de artes de Matanzas y hoy le veo en una de sus  interpretaciones con el aplomo que da la seriedad y responsabilidad de su gusto por las artes y en especial la música.


Hay quienes pueden pensar que lo heredó de su madre: Ileana, la narradora oral que está orgullosa porque su  familia – su otro hijo Nelsito también estudia en el ISA— forma parte de los talentos artísticos de la provincia.

Segura estoy que Dieguito llegará lejos, ese es el compromiso que tiene consigo mismo y con esa guitarra que un día le ofreció su padre – ausente hoy pero presente siempre.


La guitarra que compró especialmente para él pero no pudo entregarle por azares de la vida.

Perdonen, no les he dicho que  Diego es el hijo menor de un amigo entrañable, alguien que Cuba entera conoció… Su nombre: Nelson Barrera Rodríguez; periodista corresponsal del sistema informativo de la televisión cubana que falleció hace poco más de un lustro en un trágico accidente automovilístico en la República de Bolivia, cuando casi terminaba exitosamente su misión laboral…

Se lo mucho que le hubiera gustado estar en esta presentación de Diego. Pero lo sentí, presente allí, esa hermosa noche en el museo Palacio de Junco.

Eso me inspiró a escribir estas líneas en su memoria.







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