por Artur González
Como si fueran héroes que regresan
triunfantes de la guerra, un grupúsculo contrarrevolucionario de Miami al
servicio de las Agencias de Inteligencia de los EE.UU., celebran lo que
consideran una victoria a sus permanentes ataques contra Cuba, cuando en
realidad son flagrantes violaciones de las leyes internacionales.
De acuerdo con informaciones aparecidas en “El Nuevo Herald” el 10 de noviembre del 2012, se afirma que “un grupo de expertos en computadoras trabajan afanosamente todos los fines de semana en una misión tan ingeniosa como arriesgada: expandir el flujo de la información libre de censura a Cuba, mediante el envío de unidades USB, discos compactos y tarjetas de memorias SIM para teléfonos celulares”. Uno de los creadores de la tecnología de transmisión de datos, dijo que “la iniciativa está abierta para que ciudadanos de otros países se sumen al proyecto”. “Mientras más personas se involucren mejores serán los resultados, porque una vez que un cubano de la isla recibe una memoria o un disco, inmediatamente puede grabarlo y distribuirlo”, comentó. “Funciona como una red de redes”. Como se puede constatar, invadir a otro Estado empleado las nuevas tecnologías de la información y las comunicaciones, son aplaudidas y vistas como una acción importante y hasta necesaria para continuar la flagrantes violaciones, que ya no solo se circunscribe a la parte económica, financiera o sicológica que desde hace 53 años se desarrollan contra el estoico pueblo cubano, sino que ahora van a la carga cibernética. ¿Hasta donde tendrá Cuba que soportar tantos ataques?, ¿Los organismos internacionales de la ONU, la Unión Europea, la OEA y otras tantas más, no acusan a los Estados Unidos por estas violaciones al pueblo cubano que le impiden vivir en paz?. En el mes de octubre del pasado año 2011 se conoció que la empresa Washington Software, Inc., una firma de Maryland, obtuvo el contrato del Gobierno de EE.UU. para ejecutar un sistema informático capaz de bombardear con 24 mil mensajes de texto a la semana, a los usuarios de teléfonos celulares de Cuba, en franca violación de las leyes cubanas y convenios internacionales. Esa gigantesca operación de ciberguerra por supuesto que amenaza con afectar seriamente el funcionamiento normal del servicio de SMS ofrecido a los usuarios de celulares cubanos, sin embargo es patrocinada por la Junta de Gobernadores de Radiodifusión, o BBG, un órgano federal encargado de supervisar la calidad de las comunicaciones. En contraposición, el gobierno norteamericano y su estrecho aliado, el Reino Unido de la Gran Bretaña, constituyeron en fechas recientes departamentos para enfrentar los flujos de SMS, MMS y Twitters, cuando se conformaron los movimientos populares de Ocupantes de Wall Street y de los Indignados. Ambos gobiernos no permitieron esos flujos y según declararon afectaban su seguridad. O sea, quienes protestan en esos países no son considerados opositores y mucho menos disidentes, esos términos son empleados exclusivamente para los que viven en Cuba y son asalariados de los yanquis. En agosto del 2011, Scotland Yark declaró públicamente que pudo evitar las protestas populares interceptando los mensajes de Blackberry y los Twitters, durante las olas de “disturbios” y gracias a esa intercepción fueron capaces de asegurar los parques y plazas públicas, a donde se convocaban las protestas pacíficas y evitar que se llevaran a cabo, al ejecutar detenciones masivas contra sus organizadores. Detenciones de las que no recibieron la condena de ninguna organización de la ONU de las que trata el tema y muchos menos de la UE. Estados Unidos desde el pasado 2011 también solicitó nuevos presupuestos para la modernización de su Agencia de Proyectos de Investigación Avanzada de Defensa (DARPA), hasta la cifra de 208 millones de dólares, duplicando el asignado anteriormente, con vistas a preparar su enfrentamiento, a lo que calificó de “amenaza para sus sistemas, mediante flujos masivos” de SMS, MMS y Twitters, denominándolos “ciberataques malignos”, y a su vez la CIA en este mismo enfrentamiento, ha confesado que revisa hasta 5 millones de Twitters por día, además de los canales noticiosos de TV, estaciones locales de radio, los chat en internet y otros, desde su Centro de Fuentes Populares. En resumen, mientras sus ataques a Cuba se ven como oportunidades para la contrarrevolución interna y externa, las acciones de los disidentes norteamericanos y británicos, integrados en los grupos de los Indignados y Ocupantes de Wall Street, se perciben como amenazas a su seguridad. Así son las cosas de los que tienen recursos y poder para invadir y destruir al mundo. |
Fuente: Cubano1er.Plano
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