jueves, 23 de agosto de 2012

Festejan en Matanzas 50 años de vida artística de Elvira Santiago.


Cuentan que a los tres años su nana Adalia Hernández la llevó al piano y desde entonces la pasión por la música la atosiga grandemente.
Hilda Elvira santiago llega a los 50 años de fructífera vida artística y como Carilda tiene el síndrome de la matanceridad muy arraigado pues en múltiples ocasiones le han propuesto establecerse fuera de Matanzas y ha declinado.
Ganadora de múltiples premios nacionales en festivales de teatro por la maestría de sus composiciones musicales, arreglos, e interpretaciones y concepción de bandas sonoras de espectáculos confiesa su predilección por el teatro de títeres  y entre sus mayores deseos está volver a hacer sus recitales en la Sala José  White y el teatro Sauto.
Su fe en ello es tal que actualmente prepara y ensaya las composiciones para ese futuro momento.
En la gala homenaje por sus 50 años de vida artística efectuada en la sala Pepe Camejo de esta ciudad, el consejo provincial de las artes escénicas le entregó la distinción que otorga a los destacados del territorio y el país consistente en las emblemáticas efigies de la alegría y la tristeza en el teatro.
Hilda Elvira Santiago Novo, fue alumna de célebres maestros como Zenaida Manfugás, Margot  Rojas, Cecilio Tieles y la polaca Natalia Harnowka.
Entre sus profesores de dirección coral, composición, armonía, contrapunto y orquestación, se encuentran Manuel Ochoa, José Ardévol, Federico Smith, Roberto Valera y Leo Brower.
Su labor musical para niños ha sido recogida en discos, grabaciones y en las partituras escritas para el Teatro Papalote en los años 60 del pasado siglo,  y Teatro de Las Estaciones en la actualidad, donde con esta última
Cuentan que a los tres años su nana Adalia Hernández la llevó al piano y desde entonces la pasión por la música la atosiga grandemente.
Hilda Elvira santiago llega a los 50 años de fructífera vida artística y como Carilda tiene el síndrome de la matanceridad muy arraigado pues en múltiples ocasiones le han propuesto establecerse fuera de Matanzas y ha declinado.
Ganadora de múltiples premios nacionales en festivales de teatro por la maestría de sus composiciones musicales, arreglos, e interpretaciones y concepción de bandas sonoras de espectáculos confiesa su predilección por el teatro de títeres  y entre sus mayores deseos está volver a hacer sus recitales en la Sala José  White y el teatro Sauto.
Su fe en ello es tal que actualmente prepara y ensaya las composiciones para ese futuro momento.
En la gala homenaje por sus 50 años de vida artística efectuada en la sala Pepe Camejo de esta ciudad, el consejo provincial de las artes escénicas le entregó la distinción que otorga a los destacados del territorio y el país consistente en las emblemáticas efigies de la alegría y la tristeza en el teatro.
Hilda Elvira Santiago Novo, fue alumna de célebres maestros como Zenaida Manfugás, Margot  Rojas, Cecilio Tieles y la polaca Natalia Harnowka.
Entre sus profesores de dirección coral, composición, armonía, contrapunto y orquestación, se encuentran Manuel Ochoa, José Ardévol, Federico Smith, Roberto Valera y Leo Brower.
Su labor musical para niños ha sido recogida en discos, grabaciones y en las partituras escritas para el Teatro Papalote en los años 60 del pasado siglo,  y Teatro de Las Estaciones en la actualidad, donde con esta última
Cuentan que a los tres años su nana Adalia Hernández la llevó al piano y desde entonces la pasión por la música la atosiga grandemente.
Hilda Elvira santiago llega a los 50 años de fructífera vida artística y como Carilda tiene el síndrome de la matanceridad muy arraigado pues en múltiples ocasiones le han propuesto establecerse fuera de Matanzas y ha declinado.
Ganadora de múltiples premios nacionales en festivales de teatro por la maestría de sus composiciones musicales, arreglos, e interpretaciones y concepción de bandas sonoras de espectáculos confiesa su predilección por el teatro de títeres  y entre sus mayores deseos está volver a hacer sus recitales en la Sala José  White y el teatro Sauto.
Su fe en ello es tal que actualmente prepara y ensaya las composiciones para ese futuro momento.
En la gala homenaje por sus 50 años de vida artística efectuada en la sala Pepe Camejo de esta ciudad, el consejo provincial de las artes escénicas le entregó la distinción que otorga a los destacados del territorio y el país consistente en las emblemáticas efigies de la alegría y la tristeza en el teatro.
Hilda Elvira Santiago Novo, fue alumna de célebres maestros como Zenaida Manfugás, Margot  Rojas, Cecilio Tieles y la polaca Natalia Harnowka.
Entre sus profesores de dirección coral, composición, armonía, contrapunto y orquestación, se encuentran Manuel Ochoa, José Ardévol, Federico Smith, Roberto Valera y Leo Brower.
Su labor musical para niños ha sido recogida en discos, grabaciones y en las partituras escritas para el Teatro Papalote en los años 60 del pasado siglo,  y Teatro de Las Estaciones en la actualidad, donde con esta última agrupación obtuvo numerosos premios nacionales de música en concursos y festivales de la especialidad.
 Ha interpretado importantes obras para piano y orquesta en Cuba y en el Extranjero. Es pianista de la Orquesta Sinfónica de Matanzas y ha recibido dos veces el Gran Premio del Concurso CUBADISCO, junto a otros consagrados interpretes del piano, reunidos en proyectos coordinados por Ulises Hernández.
En exclusiva para esta página web, Santiago Novo recordó con mucho cariño sus días de directora de la agrupación coral de la ciudad de Matanzas cuando sólo tenía 14 años y cómo estudiaba en la escuela de artes en las mañanas en la capital cubana y en las noches hacia su labor de dirección coral en la ciudad de los puentes todo ello con la cómplice colaboración de sus padres, familia donde la música es un don regalo de los dioses…
Su más reciente galardón fue el premio Avellaneda 2011 por su trabajo en la obra Federico de noche que se suman a otros caricatos de la UNEAC recibidos por obras junto a Teatro de las Estaciones.
Interrogada sobre si hubiera preferido otra profesión en su vida,  rápidamente confesó que no, que su pasión siempre ha sido la música y si volviera a nacer sería igualmente músico, compositora e intérprete.
Enhorabuena a una artista que gusta de lo que hace y lo hace muy bien.
 Ana Valdés Portillo

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