martes, 12 de mayo de 2015

Teatro de las Estaciones vuelve con la obra “Los Zapaticos de Rosa” en homenaje a José Martí.


La desaparición física de José Martí hace 120 años es motivo suficiente para que la dirección de Teatro de las Estaciones  retome las obras inspiradas en los textos del maestro.
De ahí que Mayo se convierta en el “mes Martí” y vuelva a escena todos los fines de semana a las once de la mañana la obra “Los Zapaticos de Rosa” en su sede habitual: la sala Pepe Camejo ubicada en la calle Ayuntamiento entre Medio y Milanés.
Ganadora de todos los premios Villanueva de la crítica, Avellaneda del Festival Nacional de Teatro de Camagüey en todas las categorías, Rubén Vigón de diseño y Adolfo Llauradó de mejor actor joven en el año de su estreno hace más de un lustro, se repone ahora con nuevos actores en alguno de sus roles pero con la misma intensidad de las primeras funciones.
Ello se logra por la certera dirección de Rubén Darío Salazar que siempre ha sabido obtener de los actores el máximo de la ternura, responsabilidad y destreza necesarios para transmitir a la familia infanto-juvenil y adulta que acude a sus espectáculos.
A ello se suma la calidad de los diseños escénicos y de muñecos de Senén Calero Medina quien acogió la idea de hacer los títeres a partir de aquéllas muñecas de los años 70 con gran entusiasmo y le imprimió su sello personal con habilidad suprema.
Yo tuve el privilegio de asistir a la función del estreno en el año 2007 y les confieso que el pasado fin de semana no pude menos que volver a emocionarme. Hay obras que no pierden su esencia y el poema martiano –-muy a tono con las necesidades de la sociedad actual en cuanto a valores humanos—lleva en sí el amor al prójimo, el desinterés material y el altruismo de quienes con más o con menos son desprendidos y solidarios desde su niñez.
El elenco del estreno volverá a escena el último fin de semana para recrear junto a las coreografías de Lilian Padrón, la música de Elvirita Santiago  y la magnífica voz de la soprano Bárbara Llanes, la magia de una puesta que no pierde vigencia ni profesionalidad y que además es el magnífico homenaje al hombre de la edad de Oro.
Ése que escribió el bello poema dedicado a la entonces niña María Mantilla y que se publicara en la revista La Edad de Oro, creada por José Martí, para los niños de América, en Nueva York, en el año1899.
Teatro de las Estaciones es el tercer grupo cubano que recrea el cuento infantil en versos. No conocí la representación del guiñol de los hermanos Camejo en los años 60 del pasado siglo, ni la del guiñol de Santiago de Cuba en la década de los 80, no obstante considero que traer la historia con muñecas es un éxito de quienes así la imaginaron.

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