La
desaparición física de José Martí hace 120 años es motivo suficiente para que
la dirección de Teatro de las Estaciones
retome las obras inspiradas en los textos del maestro.
De
ahí que Mayo se convierta en el “mes Martí” y vuelva a escena todos los fines
de semana a las once de la mañana la obra “Los Zapaticos de Rosa” en su sede
habitual: la sala Pepe Camejo ubicada en la calle Ayuntamiento entre Medio y
Milanés.
Ganadora
de todos los premios Villanueva
de la crítica, Avellaneda del Festival Nacional de Teatro de Camagüey en todas
las categorías, Rubén Vigón de diseño y Adolfo Llauradó de mejor actor joven en el año de su
estreno hace más de un lustro, se repone ahora con nuevos actores en alguno de
sus roles pero con la misma intensidad de las primeras funciones.
Ello
se logra por la certera dirección de Rubén Darío Salazar que siempre ha sabido
obtener de los actores el máximo de la ternura, responsabilidad y destreza
necesarios para transmitir a la familia infanto-juvenil y adulta que acude a
sus espectáculos.
A
ello se suma la calidad de los diseños escénicos y de muñecos de Senén Calero
Medina quien acogió la idea de hacer los títeres a partir de aquéllas muñecas
de los años 70 con gran entusiasmo y le imprimió su sello personal con
habilidad suprema.
Yo
tuve el privilegio de asistir a la función del estreno en el año 2007 y les
confieso que el pasado fin de semana no pude menos que volver a emocionarme.
Hay obras que no pierden su esencia y el poema martiano –-muy a tono con las
necesidades de la sociedad actual en cuanto a valores humanos—lleva en sí el
amor al prójimo, el desinterés material y el altruismo de quienes con más o con
menos son desprendidos y solidarios desde su niñez.
El
elenco del estreno volverá a escena el último fin de semana para recrear junto
a las coreografías de Lilian Padrón, la música de Elvirita Santiago y la magnífica voz de la soprano Bárbara
Llanes, la magia de una puesta que no pierde vigencia ni profesionalidad y que
además es el magnífico homenaje al hombre de la edad de Oro.
Ése
que escribió el bello poema dedicado a la entonces niña María Mantilla y que se publicara
en la revista La Edad de Oro, creada por José Martí, para los niños de América,
en Nueva York, en el año1899.
Teatro de
las Estaciones es el tercer grupo cubano que recrea el cuento infantil en
versos. No conocí la representación del guiñol de los hermanos Camejo en los
años 60 del pasado siglo, ni la del guiñol de Santiago de Cuba en la década de
los 80, no obstante considero que traer la historia con muñecas es un éxito de
quienes así la imaginaron.
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