La noticia del deceso de Cesar López me
embarga, --un poeta extraordinario y persona muy gentil, -- por eso recordé
aquélla lejana fecha de la década de los años 70 cuando le conocí en una de las
tertulias de nuestra común amiga Carilda Oliver Labra.
Desde entonces supe que era adicto a
visitar la ciudad de los puentes, los ríos y los poetas para asistir a cuanto
evento literario o artístico se le invitara. Elocuente para expresar sus ideas
y de fácil trato con la prensa me permitieron tomarle declaraciones o
entrevistas que hoy son para mí un valioso tesoro.
Lamento u partida, pero reconozco su
extenso legado, sus galanteos y frases con saludos afectuosos y le agradeceré
siempre que me recordara como periodista a pesar de los cambios de apariencia,
cortes de cabello o el tiempo transcurrido.
Carilda siempre lo distinguió entre sus
amigos, por ello lo incluí entre los entrevistados que opinaron de ella y su
obra en el documental que se le hizo a la novia de Matanzas en su cumpleaños
80.
El premio nacional de literatura y
otros galardones de la UNEAC o el ministerio de cultura avalan su trayectoria.
Entre las anécdotas que atesoro
recuerdo que en una entrevista le pregunte por que se había decidido por la poesía
y no por la medicina carrera que había estudiado en su juventud y me dijo –no recuero
sus palabras textuales-- pero sí que prefería recetar (recitar) poesías porque
así curaba mejor el alma de sus pacientes.
Se va un excelente artista y un amigo.
Descanse en la eternidad de sus admiradores.
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