Las autoridades gubernamentales y culturales del territorio de Pedro Betancourt, propiciaron así los festejos por el día de África.
Se retomaron los rituales de cabildos ancestrales, se dio gracias al mantenimiento y desarrollo de su cultura y modo de vida que forman parte del cubano actual.Blancos, negros y mestizos evocaron a quienes, -arrancados por los colonialistas de su tierra natal,- llegaron al nuevo mundo sólo con sus creencias de equipaje y transmitidas de generación en generación hasta nuestros días.Grupos portadores y folclóricos de toda la provincia llegaron para cantar a las orishas dueñas del ojo de agua que, según cuentan, crece cuando se sabe invocarlas.Esta tradición se conserva tal cual era y aunque hoy la laguna está seca, el ojo de agua sigue ahí manando poco a poco para recordar a quienes sufrieron una cruel y abominable esclavitud colonial.
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