La Orquesta Sinfónica
de Matanzas, bajo la dirección de José Antonio Méndez Padrón, ofreció un concierto
en la sala José White este fin de semana como parte de sus actividades en el
año de su 67 aniversario.
Para una orquesta
sinfónica con casi siete décadas de existencia y muchísimos avatares para
subsistir, es un gran privilegio que las nuevas generaciones la colmen y
engrandezcan cuando se viven tiempos de música pop, rock o el inefable
reggaetón de poca calidad.
Por eso considero que
el concierto realizado este fin de semana en su restaurada sede habitual fue un
privilegio para el público asistente que se rescata y renueva.
Entrevista José
Antonio Méndez Padrón.
El programa del
concierto incluyó a la joven Susana Venereo
Martín en un instrumento casi en extinción: El Corno.
Para ella, matancera
de nacimiento, fue muy importante realizar este concierto en su terruño. Lo considera
como un tributo a los maestros que la iniciaron en el amor al corno.
Es justo reconocer que
desde su fundación en 1950, la orquesta
sinfónica de Matanzas incluyó en su
contenido velar por la enseñanza de la música culta en las nuevas generaciones
y con muy buen tino ese legado se mantiene hasta nuestros días.
Su calidad es
indiscutible amén de criterios de
neófitos en el arte musical que critican sin tener todos los argumentos de una
aparición televisiva sin las mínimas condiciones para su labor y estando al
aire libre.
Por suerte su
plantilla está completa, con jóvenes egresados de la enseñanza artística en su mayoría, es cierto; pero con lo principal, el amor a lo que
hacen. La experticia se gana con el tiempo.
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